miércoles, 4 de junio de 2008

Sombras de Madrugada



Louis de Pointe du Lac:

Tantos años han pasado,
que no se cuanto tiempo me he perdido

No sé si mis caricias te han hecho falta,
o si todavía me buscas en esas calles solas
o en el sonido del piano que espera complacido.

Que lloren el crucifijo de tu vientre,
y miren las cenizas que el viento ha traído.
refúgiate aquí conmigo,
y pasemos la noche de ayer y la de hoy,
que la de mañana todavía no la he escrito.

Hoy te busco en bulevares de media noche,
y en teatros marchitos por el tiempo.
Oh, Claudia...
baila sola esta noche y siente el sudor sobre tu cuerpo,
que esa es nuestra música y así son nuestros versos.


Claudia:

Cuanto tiempo sin sentido
  muchas han sido las madrugadas,
en las  que ayudada por sombras, 
 las sombras de tu ausencia
mas no las de mi evocación,
 te he buscado, te he llorado

Sin ti no quiero  inmortalidad
para que eternidad, no hay verdad
de rojo tiñen mis lamentos las calles
apago las farolas a mi paso
con un clamor que hiela  su fuego
dejando solo dolor en la oscuridad

Lo antepongo, lo prefiero
en tinieblas, en nebulosidad 
así es como he elegido deambular
para que  el resplandor en mis ojos
si no tengo tus caricias para sustentarlo

No te recuerdo, porque no te olvido
no hay mañana, porque el ayer no deja ser

Louis amor mío...
rocía con la sangre inocente
 mis cenizas esparcidas
que quiero dejar  de ser niña
despójame de mi miedo a ser mujer

Escribe de nuevo versos para mi
escribe versos infinitos mientras bailo para ti
en esta noche, en la de ayer
sigamos el ritmo de las teclas viejas del piano
que su melodía nos acompañe a escribir el porvenir
Ahora antes de que aclare el día...


Louis:

Ahora tocas mi sombra,
 la fría, la perdida,
 la que jugaba de madrugada.
 Ahora tocas mis palabras,
 aquellas con que el viento reía
 corría, escondía y también lloraba.
 
 
 ¿A quien le pides inmortalidad?,
 si es tu sangre la que derrama la vida.
 y dime, sueño mío,
 ¿cuales son las calles que roban el color
 y hace perder a los hombres
 entre caminos estrechos,
 y entre caminos de fantasía?.
 
 
 Oh Claudia, alegría mía...
 No te pierdas en la oscuridad,
 en la llamas vanas de la vida;
 disfruta la noche en soledad,
 y sigue esperando mi eterna compañía.
 
 
 Baila dulce, princesa mía,
 entre esas calles solas,
 y entre las farolas de la envidia.
 Tu cuerpo llama a la noche entera,
 y ella te conquista.
 dolor, amor, confusión,
 pasión entre las avenidas.
 
 
 Baila junto al piano,
 baila con estos besos de poesía,
 yo te miro cada noche,
 en silencio, yo te hago compañía.
 
 
 Si quieres enójate con el mundo,
 o calla la vos unos cuantos días,
 pero no me quites nunca la posibilidad,
 de que el viento te susurre,
 "este será tu sueño"
 oh niña traviesa,
 oh amada mía.
 
 
 Dime que me amas y que me quieres,
 por que el sol apunta ya de salida,
 dime cuanta sangre he de dar,
 si con esto te basta,
 tu inmortalidad,
 las caricias,
 los abrazos,
 las lágrimas
 historias en fusión,
 venas con poesía.



Claudia:

Sin como, sin porque
seguiré esperando el tiempo sin reloj
carente de campanas que marquen el día
bebiéndome hasta el cansancio
la sangre de la soledad

En esta mi  hora mas fría
sigo sin poderte hallar

Mírenme ojos indignos
que esta noche voy a bailar
en medio de teatros empolvados
melodías añejadas por el tiempo
besos evaporados con lágrimas

Privada de escuchar tu amor hecho poesía
de esos ojos que disfrutan verme sudar
mojando con él mi amor, el tuyo
besando tu sombra indolente
anhelando tu compañía
dejándole a la noche los clamores
los te extraño, los te quiero

Querido amigo mezquino
que me mira, que sonríe complacido
abrígame en este abandono
dame refugio, no de amante, de consuelo
déjame descansar de este destierro 

Su silueta se refleja junto a la ventana
que observa a través del cristal?
a quien acecha con mirada despiadada?
acaso las calles pobladas con estertores de mortales
en mi letargo escucho un bastón alejarse
un silbido apagarse

Louis donde estás?
no me niegues mas tu compañía 
Mira!...
ya se perfila el día



Lestat de Lioncourt

La niebla espesa
lo vuelve todo confuso
los adoquines húmedos 
cuyo brillo refleja pesares 
de ánimas desangradas
de amores y desamores
de verdades y mentiras
de ausencia, agonía, apatía
la suya, la de ella, la mía

No bailes mas dulce niña
descansa esta noche bendita
duerme tus rizos dorados en mi lecho
entre velos de seda rojo caoba
cojines de pana con olor a burdel

Desde la ventana velo tu sueño
alejo mis peores temores
les doy de beber sangre contaminada 

Él está afuera
te ha contemplado bailar 
todo lo ha visto
mas no sabe nada

El miedo lo vuelve mas viejo 
las dudas lo acaban
la traición lo condena

La ira apaga su silbido 
el bastón  lo quiebra su desconsuelo 
el sombrero de copa oculta su pesar
mientras su mano atesora el relicario 
cargado del  amor hecho poesía 

Si, antiguo amigo, ella está aquí 
mas no te ha dejado de amar

Oh! Claudia callaré ante ti 
el perjurio de esta noche 
el pecado que he cometido
No! 
no mires,  el sol ha salido 
la sombra de tu amado ha desfallecido 

P.D. escrito en una noche de vampiros, de temores, de deseos... Gracias Louis.